¡Oh amado Ángel, yo os suplico que vayáis a donde mora mi Jesús: decid a este divino Salvador que yo le adoro y le amo de todo mi corazón. invitad a este adorable Prisionero de amor a venir a mi corazón y fijar en él su mirada. Este corazón es demasiado pequeño para alojar a tan gran rey; pero yo quiero agrandarlo por la fe y el amor.
(300 días de indulgencia. Benedicto XV, Febrero de 1918. Usada por la Bendita Luisa Marillac en sus viajes o cuando no podía ir a la Iglesia)
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