VISITA DEL DÍA JUEVES

Oración al Corazón Eucarístico de Jesús
¡Oh Corazón Eucarístico de Jesús, oh amor soberano del Señor nuestro, Jesús! que habéis instituido el Augusto Sacramento por habitar en medio de nosotros aquí en la tierra y para dar vuestro Cuerpo en alimento y vuestra Sangre como celestial bebida, creemos firmemente, oh Jesús, Señor Nuestro, en ese amor Supremo que instituyó la Santísima Eucaristía, y aquí, delante de la Hostia, es justo que adoremos ese amor, que le confesemos y ensalcemos como el gran horno de la vida de Vuestra Iglesia.
Ese amor es para nosotros una apremiante invitación, parece que nos decís: “He aquí cuanto os amo! Dándoos  mi Cuerpo en alimento y mi Sangre en bebida, quiero, con este contacto, excitar vuestro amor, uniros a Mi, quiero transformar vuestras almas en Mi, el Crucificado; en Mi que soy el pan de la vida eterna dadme, pues, vuestros corazones; vivid de mi vida y viviréis de Dios”. Nosotros lo reconocemos ¡oh Señor! tal es el llamamiento de vuestro Corazón Eucarístico; por eso os damos gracias y queremos, si, queremos corresponder a él. Concedednos la gracia de penetrarnos bien de este amor supremo, con el cual, antes de sufrir, nos habéis convidado a tomar y recibir  vuestro Cuerpo Sagrado. Grabad en el fondo de nuestras almas, el firme propósito de ser fieles a esta invitación.
Dadnos la devoción y reverencia necesaria para honraros y para recibir dignamente el don de vuestro Corazón Eucarístico; ese don de vuestro amor filial. Que podamos así, por vuestra gracia, celebrar efectivamente el recuerdo de vuestra Pasión, reparar nuestras ofensas y  frialdades; alimentar y acrecentar nuestro amor para con Vos y conservar, siempre vivo en nuestro corazón, el germen de la inmortalidad bienaventurada. Amén. 

(300 días de indulgencia cada vez que se reza delante del Santísimo expuesto. León XIII, 2 junio 1902)

Yo estoy con vosotros todos los días.  Mateo 28, 20.

Yo estoy con vosotros todos los días
Las despedidas son siempre tristes aun cuando tengan el consuelo de una esperanza… Se acercaba la hora de ofrecerme en sacrificio al Padre para consumar la Redención del hombre: este pensamiento me preocupaba… era necesario me fuera; pero no quería dejar sólo y huérfano al hombre que tanto amaba. El Cielo me reclamaba como a su Rey y la tierra como a su Salvador… Debí irme al Padre, pero sin separarme de vosotros, porque mis delicias son estar con los hijos de los hombres. ¿Qué hacer? Excogite un medio como satisfacer la voluntad de Dios y el deseo del hombre… Un medio que fue la última y más grande manifestación de mi amor a los redimidos...Pocas horas antes de morir me senté a la mesa con mis Apóstoles para celebrar la Pascua, cosa que deseaba con deseo ardiente. Fuera del Cenáculo, ruge una tempestad satánica: son los mismos por quienes he de morir los que maquinan mi muerte… De pronto se irradia mi faz, mi corazón late a impulsos del más ardiente afecto y habiendo tomado el pan, dí gracias, lo partí y se lo dí a los Apóstoles diciendo: este es mi Cuerpo que es dado por vosotros; haced esto en mi memoria. Y así mismo el cáliz después de haber cenado, diciendo: este cáliz es el nuevo Testamento de mi Sangre, que será derramado por vosotros (Lucas 22, 19 y 20). De esta manera pude quedarme en la tierra e irme al Cielo. Yo estoy con vosotros todos los días…
Hace dos mil años vivo encerrado voluntariamente en esta cárcel del Sagrario. La Cena, la Pascua no ha terminado; se renueva cada día en millones de Altares y Tabernáculos que son otros tantos Cenáculos en la  tierra… Aquí recibo las adoraciones de los ángeles que día y noche me acompañan, y las alabanzas y muestras de cariño de los santos, de los justos, de los buenos… Pero hay un número, muy grande por desgracia, que no corresponde a mi amor sacramentado y se resiste llegar a Mi. .. Son muchos los que me insultan, los sacrílegos, los profanadores...Otros me contradicen, me hacen guerra; me atacan los judíos que se es escandalizan de mis misterios… los herejes que me niegan…, los libertinos que de Mi se mofan… los impíos que me blasfeman… los pecadores que resisten a mis solicitaciones amorosas...Y a todos los espero los aguardo con paciencia. Yo no quiero la muerte del pecador sino que se convierta y viva. Yo estoy con vosotros todos los días…
Y no falta quien me ofenda aquí en la Hostia haciendo guerra a mi Iglesia; pretenden destruirla y olvidan que Yo he dicho: las puertas del Infierno no prevalecerán contra Ella: y en efecto, han desaparecido los tronos y dinastías… las coronas de los reyes han rodado por el suelo… se han derrumbado los imperios… se renuevan las edades… las sociedades desaparecen… todo cambia… y mi Iglesia, sólo mi Iglesia siempre firme, fuerte, floreciente… desafiando las tempestades y venciendo… Jamás será destruida, no temáis, Yo estoy con vosotros todos los días.
Otros son indiferentes y nada les importa mi Presencia Real; pasan ante Mi sin respeto, como si no fuera su Dios o como si no necesitaran de Mi… Muchas veces me encuentro solo, sin más compañía que la lámpara eucarística que manifiesta mi Divinidad; sin más compañía que el reloj que marca las distintas horas… que voy viviendo… Qué soledad la mía…! Los cines y las plazas llenas de gente al menor llamado… las calles cubiertas de curiosos: sólo mi iglesia vacía… mi Sagrario abandonado… La campana llama a todos para que vengan a Mi que soy felicidad y su eco se pierde en el espacio, todos se hacen sordos, nadie viene...ni los niños… de los cuales es el reino de los cielos…
Y tú, alma mía, también quieres  abandonarme?...
No amargues más los días de mi Encierro… no hagas más acerbo mi dolor con tu desprecio… Ven a alimentarte de mi Carne y Sangre: la Eucaristía es manantial que nunca se seca… quien bebe de él ya jamás volverá a tener sed. Tienes tantas necesidades… ven a Mi… sólo yo puedo remediarlas. No desprecies mis gracias. Ven hoy, mañana y siempre… Yo estoy con vosotros todos los días...


Meditación
Ahora medita un momento lo que has leído.

Rezo
Luego reza tres Padres Nuestros por la Propagación de la Fe.

Comunión Espiritual
Es el deseo de recibir a Nuestro Señor Sacramentado. Puede hacerse a cualquier hora del día o de la noche: basta no estar en pecado mortal y de estarlo, arrepentirse sinceramente y ponerse en gracia de Dios mediante el acto de contrición perfecta: es de suma utilidad al alma.

Comunión Espiritual, según San Ligorio
Creo, Jesús mío, que estáis en el Santísimo Sacramento: os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros: pero no pudiendo ahora hacerlo sacramentalmente, venid a lo menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya os tuviera conmigo, os abrazo y me uno con Vos: no os apartéis jamás de mí.

Estación al Santísimo Sacramento (son 7 estrofas, usted puede rezar sólo algunas de ellas o todas)

Primera Estrofa
Soberano Señor, Sacramentado
Aquí está este pecador arrepentido
De haber tus mandamientos quebrantado
Y tus leyes divinas infringido.
Aquí me tienes a tus pies postrado.
Por que me pesa de lo que te he ofendido,
Porque Señor, he caído en tu desgracia.
Yo te imploro el perdón, dame tu gracia.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Segunda Estrofa
De tu misericordia, Dios piadoso,
Perdón espera mi alma arrepentida,
Pues sé que eres afable y bondadoso
Y te gozas en verla convertida,
A ti, Dios compasivo y generoso,
Te prometo la enmienda de mi vida,
Y me pesa del tiempo que he pasado
Ofendiéndote, Oh Dios Sacramentado!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Tercera Estrofa
Misericordia, ¡Oh Dios Omnipotente!
Imploro humilde, apiádate de mi,
Y reitero otra vez ingenuamente,
Me pesa ¡oh Dios! de cuanto te ofendí.
A tus sagrados pies sinceramente
Cumplirte ofrezco lo que te prometí:
Ya ves que está mi corazón contrito:
Afírmame en tu amor, Dios infinito;

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Cuarta Estrofa
En ti, mi Dios, está mi pensamiento,
Y absorta contemplándote, mi alma;
Ilumina, Señor, mi entendimiento.
A mis pasiones dales dulce calma.
De cuanto te ofendí, yo me arrepiento,
Y me presento con olivo y palma,
Símbolo son de pura fe y concordia:
Misericordia ¡oh Dios! misericordia!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Quinta Estrofa
Siento un júbilo suave, un gran contento,
Postrado ante este altar, considerando
Que estás, Señor, en este Sacramento,
Que es a mi Dios a quien estoy hablando.
¡Qué gran majestad, qué gran portento!
¡Oh! qué amable Verdad estoy mirando.
Sacramento divino, yo te adoro,
Te venero con fe, tu gracia imploro.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Sexta Estrofa
No es posible que exista en este suelo
Quien merezca un cariño puro y fino
Como el que te consagro, ¡oh Dios del cielo!
Tú sólo eres mi amor, Jesús divino,
Tu eres mi Redentor, Tu mi consuelo,
Todo cuanto en ti veo es peregrino
Se enajena mi alma al contemplarte
Siento gran placer al venerarte.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Séptima Estrofa
Para pagarte, mi Señor, en algo
Lo mucho que pecando te he ofendido,
Es nada lo que puedo y lo que valgo;
Más te diré que estoy arrepentido,
Que ya del mal vivir con brío salgo
Por tu gracia, ¡oh mi Dios!, fortalecido
Para ayunar, orar y en penitencia
Prestar siempre a tus leyes obediencia.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patria.

Santísimo sacramento,
Seas bendito y alabado
Y eternamente adorado,
¡Oh soberano portento!

Ofrecimiento de la Estación:

En memoria, Señor, de tu Pasión,
De tu muerte y también de tu agonía,
Porque tanto se aflige el alma mía,
Yo te ofrezco, Señor, esta Estación
Ojalá guíeme a mi salvación!
Pues todos mis sentidos a porfía
Con respeto, contento y alegría,
Se enajenan en tu contemplación.
De un pecador contrito y humillado
Dígnate recibir aquesta ofrenda:
Concédeme tu gracia, Dios amado
Y tu misericordia a mí descienda,
Pues te adoro, Señor, con fe sincera
Y con fervor mi alma te venera.
¡Viva Jesús Sacramentado!
¡Viva y de todos sea muy amado!

Amén.

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