¡Oh amabilísimo San José!, cuya firmísima confianza en Dios no disminuyó ningún trabajo, alcanzadme de Jesús y María grande fe y plena confianza en la Divina Providencia.
Veo, Santo mío, a Jesús en vuestro regazo, y por eso me acojo a vos como a trono de confianza, y suplico a Jesús que por vuestra intercesión llene mi corazón de esta virtud, para que haga todas mis obras y padezca todos mis trabajos con mucha confianza en su divino auxilio. Amén.
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