Así habla el Señor:
Yo mandaré a un ángel ante ti, para que te defienda en el camino y te haga llegar al lugar que te he dispuesto.
Acátale y escucha su voz, no le resistas, porque no perdonará tus rebeliones y porque lleva mi nombre.
¿EXISTEN LOS ÁNGELES?
Con la sola razón se puede probar la existencia de los ángeles. En efecto, si se observa el orden magnífico que reina en el universo, se puede comprender, sin mayor explicación, que faltaría un peldaño en esta admirable escala de la creación, si no hubiera por encima del hombre, criaturas superiores a él, que estuvieran en un puesto inferior a Dios.
Innumerables páginas de la Biblia nos hablan de los ángeles, que intervienen de una u otra manera en la vida de los hombres. Más de 300 citas de ángeles y demonios (que no son más que ángeles caídos) aparecen en el Antiguo y Nuevo Testamento, y estos "mensajeros", como lo dice la etimología de su nombre, tienen infinidad de funciones.
¿QUIENES SON LOS ÁNGELES?
Los ángeles son criaturas excelsas, espíritus puros, creados por Dios, destinados desde su creación a dar gloria a Dios y son poderosos ejecutores de sus órdenes. Tienen una inteligencia superior al hombre y son dotados de especial virtud y poder. Teniendo inteligencia y voluntad, son libres, igual que los hombres, sin embargo superiores a ellos, porque son creados en niveles más altos que el hombre.
El ángel no puede equivocarse en el conocimiento de lo creado, porque su inteligencia conoce la esencia de los seres, mientras que el hombre conoce por sus sentidos, lo que lo puede conducir al error.
Los ángeles conocen por intuición, de una mirada global. Los hombres por deducción, a partir de un razonamiento.
Su naturaleza de espíritu puro, no les impide tomar formas visibles (tanto ángeles como demonios), para manifestarse a los hombres. Los ángeles pueden estar solamente en un lugar, que es donde actúan. Sin embargo, se hacen inmediatamente presente donde quieren y por eso, la gente los imagina con alas.
ÁNGELES REBELDES
Lucifer, el más bello de todos los ángeles, conociendo su grandeza y su belleza, no quiso atribuírsela a Dios, que se las había dado. Pensando que podía bastarse a sí mismo y alcanzar la potencia de Dios, arrastró consigo una hilera innumerable de ángeles que le obedecieron.
Este acto libre, llevado a cabo por inteligencias tan perfectas, hacía imposible de parte de Dios el perdón y la reparación, lo que, al contrario, fueron concedidos al hombre.
Los demonios quieren destruir el orden de la creación. Separando a los hombres de Dios y provocando la división entre los hombres.
Ahora bien, es pretexto barato culpar al diablo de toda la maldad que se comete, porque el hombre es libre de elegir el bien o el mal.
LOS ÁNGELES DEL BIEN
Lo que los demonios hacen para enredar a las almas en el mal, lo hacen los ángeles para el bien. prontos a la menor señal de su Dios, actúan junto a los hombres haciéndoles conocer la voluntad y los deseos de Aquel, preocupados únicamente de dar gloria a Dios, llevando a la salvación a todos los hombres.
La acción del ángel no puede penetrar directamente en la inteligencia y en la voluntad. Sólo Dios puede hacerlo. Pero sí, penetran nuestra imaginación, memoria y sensibilidad, al igual que los demonios. El ángel tiene una profunda y larga experiencia psicológica para deducir lo que estamos pensando. Los demonios, privados de todo conocimiento sobrenatural, están ofuscados por sus propias pasiones y debilitados también en el conocimiento natural.
El conocimiento de los pensamientos y de los frutos libres escapa igualmente al control de Satanás; sólo puede valerse de conjeturas. Pero téngase presente que para la extraordinaria potencia intelectual de la naturaleza angélica las conjeturas son mucho más fáciles que para el psicólogo más eminente; el temperamento, los hábitos adquiridos, las experiencias pasadas, la actitud del cuerpo, la expresión de la fisonomía,el conjunto de circunstancias, etc., hacen adivinar fácilmente a los espíritus angélicos las meditaciones silenciosas de nuestro entendimiento y las determinaciones secretas de nuestra voluntad.
PRESENCIA DE LOS ÁNGELES
Al abrir la Biblia, podemos ver la presencia de estos seres, desde las primeras páginas. He aquí algunos ejemplos de ello.
Después del pecado de Adán y Eva, un ángel los expulsó del Paraíso terrenal.
Las apariciones de ángeles a personajes del Antiguo testamento, sirven para demostrar no sólo su existencia, sino que además la misión que tienen de guiar al hombre al bien, prestándole incluso servicios materiales y ayudándolo a superar muchas dificultades.
En la Biblia los ángeles, además de ayudar espiritualmente a los hombres, los ayudan por ejemplo a:
• Buscar esposa (Tobías 6)
• Hacen que los maridos vuelvan con sus mujeres (Agar, Gén. 16, 7)
• Dan de Comer a los que tienen hambre y fatiga (Elías, 1 Reyes 19, 7)
• Intervienen para salvar vidas (Lot, Gén. 19, 15)
• Ayudan y reconfortan en las vitorias militares (Josué, Judit, epopeya de los Macabeos)
• Anuncian, previenen y aconsejan (Encarnación del Verbo a María, Lc. 1, 26; su nacimiento a los pastores Lc. 2, 9; su resurrección a las santas mujeres, Lc. 28, 5)
CRISTO HABLA DE LOS ÁNGELES MUCHAS VECES
• Ángeles de los niños ( Mt. 18, 10)
• Alegría de los ángeles ante la conversión de los pecadores (Lc. 15, 10)
• Legiones de ángeles capaces de defenderlo (Mt. 26, 53)
• Miriadas de ángeles acompañando a Cristo (Mt. 25, 31)
• Ángeles que reúnen a los elegidos y apartan a los condenados (Mt. 24, 31)
• San José es informado de la voluntad de Dios a través de los ángeles (Mt. 1,20); Mt. 2, 13)
• Y en los comienzos de la iglesia están presentes para librar a Pedro de la cárcel (Hech. 12, 7)
• Conducir a Felipe a iniciar en la fe a un africano (Hech. 8, 26)
• Abrir camino a Pablo para que llegue a Roma (Hech. 27, 23)
LOS MAQUINISTAS ESCONDIDOS DEL UNIVERSO
Comunicadores sociales, agentes secretos del hombre moderno, maquinistas del universo, agentes de Dios en el cosmos, son algunos de los términos con los que el hombre moderno podría calificar a los ángeles.
Santo Tomás de Aquino afirma que: "Todas las cosas corporales están gobernadas por los ángeles".
Este comentario ha servido a muchos autores para crear teorías respecto del papel que les cabría a los ángeles en el cosmos.
Hay autores que añaden que los descubrimientos de la física nuclear y el principio de indeterminación de Heisenberg, nos muestra lo que todavía queda de incomprensible para el hombre moderno. Basado en esta misma idea, el convertido del siglo pasado, John Henry Cardenal Newman, termina calificando a los ángeles como "maquinistas del universo".
Dice Julio Philippi: "Los ángeles tienen una profunda experiencia psicológica; aplican con nosotros la telepatía, la telekinesia, la transmisión del pensamiento..."
BUENOS DIPLOMÁTICOS
Luego, la vida de los santos está llena de intervenciones, muy patentes en las "voces" que mencionaba Juana de Arco. pero, lo más asombroso son los testimonios de los Papas y sus experiencias personales con los ángeles custodios.
Monseñor Roncalli (más tarde, el Papa Juan XXIII) contó que, estando encargado como Visitador Apostólico en Bulgaria y luego en Turquía y Grecia, todos países no católicos, el Papa Pío XI le explicó cómo los ángeles allanaban las dificultades en el trato con la gente, y le decía: "Cuando tengo que hablar con una persona de difícil acceso, y con la que -por consiguiente- nuestra conversación deberá tener un tono más persuasivo, recurro a mi Ángel Custodio. Le encomiendo el asunto. Le pido que intervenga ante el ángel custodio de la persona con la que tengo que verme. Una vez establecido el entendimiento entre los dos ángeles, la conversación del Papa con su visitante es mucho más fácil".
Cuando Juan XXIII rezaba el Angelus en la Plaza de San Pedro con la masa de peregrinos que allí acudían, pensaba también en la multitud de ángeles custodios, presentes invisiblemente en la misma plaza.
APRENDAMOS A VIVIR CON LOS ÁNGELES
Si por nuestro desapego del mundo servimos fielmente a Dios, y si amamos a nuestro prójimo hasta el punto de hacernos parecidos a los ángeles, entonces el Señor nos dará el gran privilegio de verlos y de disfrutar de su compañía.
En el pasado algunos santos vieron a sus ángeles de la guarda. ¿Quién dice que esto no se renueva hoy día?
María nos invita a pedir a menudo su socorro y protección, porque ellos tienen una gran fuerza para defendernos y sustraernos a los engaños. De ahí que es nuestro deber conocerlos bien, para nuestra seguridad, nuestra protección, nuestro avance espiritual, para el sostén y consuelo de nuestras almas, para saber lo que nosotros podemos esperar de ellos.
LA ALEGRÍA DE LOS ÁNGELES
Los ángeles han sido testigos del acto de amor más grande que ha habido: la muerte del Hijo Único del Padre para salvarnos. Ellos conocen y observan con admiración cuanto ama Dios a los hombres, los llena de gracias, de bendiciones y de favores.
Pero lo que renueva y alimenta su alegría y los embelesa, es ver a Dios testimoniar cada vez más amor a los hombres, manifestarles su Presencia en la Eucaristía, para nutrirlos con su cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidady, ¡oh milagro inaudito y siempre constante!, hacer que sean hombres que El mismo escogió para pronunciar palabras de vida, los que renueven en cada Misa el Santo sacrificio de la Cruz.
Su respeto y asombro aumenta cuando ven a estos mismos hombres sufrir por Dios porque, si ellos fueran capaces de envidia, una sola cosa es la que podrían envidiarnos, y es poder sufrir, ya que ellos no pueden.
AL SERVICIO DE LOS HOMBRES
Por eso es, que la beatitud de los Santos es mucho más grande que la de los ángeles, precisamente porque ellos han podido sufrir por Dios.
Cuando algunos de sus protegidos sufren y ofrecen sus sufrimientos a Dios, se inflaman de amor, usan y redoblan las precauciones para ayudarlos, recogiendo la mas mínima migaja de dolor para presentarla a la Santísima Trinidad, ennoblecida y santificada por sus propias oraciones.
¡Ah, si viviéramos más unidos en espíritu con los ángeles!
El pensamiento de que tenemos a nuestro lado un amigo tan devoto y poderoso que, sin dejarnos un instante, disfruta de la misma beatitud que el más alto de los Serafines, debería conducirnos a alabar y magnificar al Todopoderoso, que realiza tan altos misterios para colmar a ángeles y hombres.
COMUNICACIÓN ENTRE ELLOS
Para comunicarse entre ellos, los ángeles proceden por iluminaciones, los inferiores reciben luz y directivas de los superiores, los cuales las reciben directamente de Dios.
Sucede como si los rayos del sol penetraran muchos cristales colocados unos detrás de otros, todos participando de una misma luz, comunicada desde los primeros a los últimos. Sin embargo, hay una diferencia en este ejemplo, y es que los cristales con relación a los rayos del sol, se comportan pasivamente, sin otra actividad que la del sol que los ilumina por su acción. En cambio, los ángeles, pasivos cuando reciben la iluminación de los superiores, son activos cuando la comunican. Lo que hacen son: alabanza, admiración, amor, conocimiento que emana o deriva del Supremo Sol de Justicia, Dios inmutable y eterno.
MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES
En su vida, la augusta Virgen María, disfrutaba de este privilegio. Hoy día, Ella la posee y lo ejerce tanto más cuanto que, el Poder del Padre, la Sabiduría del Hijo y el Amor del Espíritu Santo, en la luz de la Santísima Trinidad, la han confirmado para siempre en su rol de maternal Realeza.
Madre del Hijo, reina con el Hijo: Tal es su coronamiento en la gloria, su Realeza universal. Como jefe, Ella manda a su Ejército celestial y terrestre, hoy día en batalla campal, atento a sus órdenes que nos llegan, ya sea directamente de Ella misma, ya sea por sus ángeles que deben ejecutar su voluntad cuando nosotros somos atacados violentamente por los enemigos de nuestra salvación.
EL ÁNGEL CUSTODIO
Ellos son nuestros compañeros inseparables. (Descansan sólo cuando estamos ante el Santísimo Sacramento del Altar)
"Todo fiel tiene junto a sí un ángel como tutor y pastor, para llevarlo a la Vida" (San Basilio, citado en Catequesis Juan Pablo II, del 6 de Agosto de 1986).
San Jerónimo dice: "Cuán grande es la dignidad del hombre, que desde el día de su nacimiento tiene asignado un ángel para que lo proteja".
La Fiesta de los Ángeles Custodios se celebra el 2 de Octubre.
Después de Dios y de la Virgen, ellos son los que más nos cuidan, inspiran nuestras oraciones, animan nuestro fervor.
esta manera de poner a nuestro servicio a estos seres espirituales, es un rasgo conmovedor de la bondad de Dios para con nosotros, y una hermosa lección de caridad, que pone a los fuertes y poderosos al servicio de los humildes y de los débiles, así se verifica la intercomunión entre la iglesia del cielo y la iglesia de la tierra. Nosotros les damos honor y ellos nos dan su ayuda.
Y usted ¿se apoya en su ángel custodio?. Cuando está en alguna dificultad, ¿recurre a su ángel?
En las necesidades sencillas y en lo cotidiano son nuestros auxiliares más eficaces. Así por ejemplo, San Juan Bosco, en un pequeño libro que escribió sobre los Santos Ángeles, recomendó a sus muchachos muy urgentemente la devoción al Santo Ángel de la Guarda.
EL EJÉRCITO DE LOS ÁNGELES
Los ángeles están divididos en 3 esferas o jerarquías y 9 coros.
La primera, que comprende los Serafines, los Querubines y los Tronos, contempla y adora a Dios.
La segunda, que comprende las Dominaciones, los Principados y los Poderes, mantiene y gobierna la creación.
La tercera, que comprende las Virtudes, los Arcángeles y los Ángeles, está al servicio de la Iglesia y ejecuta las órdenes del altísimo.
La manera como se comunican y se hablan entre ellos, nos instruye sobre la excelencia de su naturaleza, la perfección y la intimidad de sus relaciones con Dios, sus privilegios y sus poderes que ponen a nuestro servicio para que se cumpla la voluntad de Dios en cada uno de nosotros.
EL EJÉRCITO DE LOS ÁNGELES
Los ángeles están divididos en 3 esferas o jerarquías y 9 coros.
La primera, que comprende los Serafines, los Querubines y los Tronos, contempla y adora a Dios.
La segunda, que comprende las Dominaciones, los Principados y los Poderes, mantiene y gobierna la creación.
La tercera, que comprende las Virtudes, los Arcángeles y los Ángeles, está al servicio de la Iglesia y ejecuta las órdenes del altísimo.
La manera como se comunican y se hablan entre ellos, nos instruye sobre la excelencia de su naturaleza, la perfección y la intimidad de sus relaciones con Dios, sus privilegios y sus poderes que ponen a nuestro servicio para que se cumpla la voluntad de Dios en cada uno de nosotros.
LOS NUEVE COROS DE LOS ÁNGELES
I JERARQUÍA
Los Serafines (Primer Coro)
Los Serafines han sido creados para amar al Amor Supremo, fuente primera de todo Amor.
Ellos arden continuamente sin consumirse y se sumergen eternamente en el Amor, exclusivamente al servicio del Altísimo. Ellos adoran, aman y alaban a la Santísima Trinidad. Es allí donde residen sus sublimes funciones y su principal beatitud.
Pidámosle que nos enciendan de amor por Dios, que inflamen nuestros corazones de amor por la Mamá celestial, a fin de amarla mucho, para hacerla amar mucho y apresurar así el triunfo de su Corazón Inmaculado.
Los Querubines (Segundo Coro)
Son las espadas de Dios, revestidos de pura y resplandeciente luz. Ceñidos de fuego, en su diestra tienen una espada de fuego. Ellos son el celo personificado por la gloria de Dios y están listos a asumir su defensa.
Ante el trono del Papa hay cuatro Querubines. Un Querubín echó a Adán del Paraíso Terrestre. Ante muchos santuarios particularmente venerados, se encuentra un Querubín con su espada.
Invoquemos a los Querubines en las tentaciones contra la fe, contra la virtud de la pureza y cuando se es invadido por los escrúpulos. El éxito de esta devoción es sorprendente.
Los Tronos (Tercer Coro)
Asisten a los Obispos, las Naciones y las Comunidades de Claustro. Llenos de una profunda humildad y animados por el más grande fervor, presentan a la Santísima Trinidad todas las oraciones, todas las mortificaciones, todos los sacrificios y los renunciamientos llevados a cabo en las diócesis, países y monasterios, ennobleciéndolos y santificándolos por su propia oración.
Les incumbe también, el mantenimiento del orden social entre los pueblos, y hacen todo lo necesario para que la verdad triunfe sobre la mentira, el derecho sobre la injusticia, y sobre todo, para que el bien triunfe sobre el mal.
En os difíciles tiempos en que vivimos, roguémosles para que iluminen a nuestros obispos, fortifiquen a las naciones y obtengan que todos los claustros lleguen a ser otros tantos pararrayos, capaces de detener los rayos del cielo listos para abatirse sobre la tierra, donde el relajamiento de la moral y de las costumbres, la pérdida de la fe, dejan prever la intervención de la Justicia divina sobre el mundo, ultrajada por tantos pecados de violencia y de odio.
II JERARQUÍA
Las Dominaciones (Cuarto Coro)
Las Dominaciones asisten a todos aquellos que se esfuerzan por extender el Reino de Dios sobre la tierra. Dios los manda a aquellos que están llamados a enseñar ya sea en una universidad o en una cátedra, en el púlpito, a los misioneros, a los superiores de conventos o de seminarios, y a todos aquellos que en el confesionario dirigen espiritualmente a almas particularmente amadas por Dios. Estos últimos, es necesario que sean humildes y den gloria a Dios sin cesar, con lo cual la Dominación permanece cerca de ellos.
Roguémosles por aquellos que permanecen en el error y la incredulidad: los heréticos, los cismáticos, mahometanos, judíos que deben convertirse; por los católicos tibios, para que aquellos a quienes protegen, obren únicamente para mayor gloria de Dios y terminen por reconocer y apreciar los logros (éxitos) que provienen del poder de los ángeles.
Cundo se los invoca en el descorazonamiento, Dios nos da la gracia de la contemplación.
Los Principados (Quinto Coro)
Cundo se los invoca en el descorazonamiento, Dios nos da la gracia de la contemplación.
Los Principados (Quinto Coro)
Los principados están a la cabeza de las Parroquias, y toda una corte de ángeles los rodea. Ellos cantan día y noche, ante el Santísimo Sacramento, un "sanctus" ininterrumpido, orando por la comunidad parroquial. Ante el Altar, ellos adoran a Dios que, oculto bajo la apariencia de Hostia,permanece generalmente abandonado por todos y ofrecen satisfacción por la tibieza de sus Parroquias. Ellos velan para que los niños sean bautizados y los moribundos reciban los últimos sacramentos. Cada vez que alguien recibe los sacramentos de manera sacrílega, ellos se inclinan hasta el suelo y hacen sublimes oraciones reparadoras.
Ningún sacerdote debería dejar de saludar al ángel del santuario, pues las gracias que recibirá son de una grandeza y abundancia inexpresables.
Este ángel presenta al Señor, el día de la fiesta parroquial, todos los sacrificios, los méritos, las oraciones y las victorias obtenidas desde la última consagración del edificio. Ni una madre podría hacer más por sus hijos que éste ángel, y nadie le agradece.
El culto a los Principados aporta, ante todo, amor a la oración y perseverancia en ella.
Cada vez que pasemos ante una Iglesia, saludemos a su protector: "Ángel del Santuario, yo te saludo y te doy gracias, y a través tuyo, saludo y doy gracias a todos tus hermanos los ángeles que tienen los mismos cargos y las mismas funciones en todos los santuarios del mundo".
Podemos agregar, hacia Jesús Hostia, una pequeña oración reparadora, y tendremos la alegría interior de sentirla presentada a Jesús por quien es el consolador y el reparador de tantos olvidos, ingratitudes y faltas de parte de los hombres.
Los Poderes (Sexto Coro)
Los Poderes, salvo raras excepciones, están al servicio de los sacerdotes. El demonio huye ante ellos. Aquellos que tienen un ángel de este coro para ellos, son privilegiados de Dios.
Este ángel los lleva a conocerse a sí mismos y les da un deseo creciente de perfección. Desde entonces, su actividad es bendecida, y si su celo se debilita, este ángel lo inflama de nuevo. Los capellanes de claustro siempre tienen uno; los otros confesores, sólo si tienen que conducir y dirigir almas especialmente amadas por Dios.
Es necesario honrar e invocar a los Poderes cuando se sufre de aridez en la oración, cansancio o desgano espiritual, cada vez que se es tentado en ceder a la cólera o a la impaciencia.
En estos tiempos de duras pruebas ara la Iglesia, se los recomienda a todos los sacerdotes para que los protejan, los guíen y los inspiren en su misión y en su vida sacerdotal.
Ningún sacerdote debería dejar de saludar al ángel del santuario, pues las gracias que recibirá son de una grandeza y abundancia inexpresables.
Este ángel presenta al Señor, el día de la fiesta parroquial, todos los sacrificios, los méritos, las oraciones y las victorias obtenidas desde la última consagración del edificio. Ni una madre podría hacer más por sus hijos que éste ángel, y nadie le agradece.
El culto a los Principados aporta, ante todo, amor a la oración y perseverancia en ella.
Cada vez que pasemos ante una Iglesia, saludemos a su protector: "Ángel del Santuario, yo te saludo y te doy gracias, y a través tuyo, saludo y doy gracias a todos tus hermanos los ángeles que tienen los mismos cargos y las mismas funciones en todos los santuarios del mundo".
Podemos agregar, hacia Jesús Hostia, una pequeña oración reparadora, y tendremos la alegría interior de sentirla presentada a Jesús por quien es el consolador y el reparador de tantos olvidos, ingratitudes y faltas de parte de los hombres.
Los Poderes (Sexto Coro)
Los Poderes, salvo raras excepciones, están al servicio de los sacerdotes. El demonio huye ante ellos. Aquellos que tienen un ángel de este coro para ellos, son privilegiados de Dios.
Este ángel los lleva a conocerse a sí mismos y les da un deseo creciente de perfección. Desde entonces, su actividad es bendecida, y si su celo se debilita, este ángel lo inflama de nuevo. Los capellanes de claustro siempre tienen uno; los otros confesores, sólo si tienen que conducir y dirigir almas especialmente amadas por Dios.
Es necesario honrar e invocar a los Poderes cuando se sufre de aridez en la oración, cansancio o desgano espiritual, cada vez que se es tentado en ceder a la cólera o a la impaciencia.
En estos tiempos de duras pruebas ara la Iglesia, se los recomienda a todos los sacerdotes para que los protejan, los guíen y los inspiren en su misión y en su vida sacerdotal.
III JERARQUÍA
Las Virtudes (Séptimo Coro)
Las Virtudes personifican la fuerza. Dios los envía a todos aquellos que se esfuerzan en llegar a ser mejores y que, una vez extirpado un defecto, usan todos los medios espirituales y corporales de mortificación para asegurar su salud.
A los pecadores convertidos se les adjunta uno de éstos ángeles, el que los obliga a mantenerse buenos. Aquellos que quieren avanzar rápidamente en la vida espiritual deben invocarlos muy especialmente, porque los buenos propósitos no bastan, sino que es necesario tener el coraje y la fuerza para ponerlos en práctica.
Las Virtudes personifican la fuerza. Dios los envía a todos aquellos que se esfuerzan en llegar a ser mejores y que, una vez extirpado un defecto, usan todos los medios espirituales y corporales de mortificación para asegurar su salud.
A los pecadores convertidos se les adjunta uno de éstos ángeles, el que los obliga a mantenerse buenos. Aquellos que quieren avanzar rápidamente en la vida espiritual deben invocarlos muy especialmente, porque los buenos propósitos no bastan, sino que es necesario tener el coraje y la fuerza para ponerlos en práctica.
Los Arcángeles (Octavo Coro)
Los Arcángeles dan mucho coraje y consuelo. Al coro de los Arcángeles pertenecen los siete espíritus bienaventurados, que permanecen ante el trono del Altísimo, listos para ejecutar sus órdenes. Nosotros conocemos particularmente a tres de ellos, cuya fiesta es el 29 de Septiembre: San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Los otros cuatro nos son completamente desconocidos y sus nombres difieren según las revelaciones privadas que los mencionan.
San Miguel (¿Quién como Dios?)
Está equipado como un guerrero, con una coraza y una espada. Se lo representa también con una lanza, aniquilando a Satanás.
Estos son signos y símbolos: la lanza es la Fuerza de Dios, con la que se sirve el Arcángel para abatir al demonio; la coraza es la humildad, en donde vienen a apagarse los dardos encendidos del infierno; la espada de doble filo es la Palabra de Dios, que confunde la mentira y disipa la ilusión, con la que se sirve el orgullo de Lucifer para imitar a Dios, equivocar y perder a las almas.
San Miguel, primer servidor de la Reina de los Ángeles, es el ángel custodio de Cristo, de su Sagrado Corazón, de la Eucaristía, del Santo Sacrificio de la Misa. Príncipe y Señor de las almas que entran al cielo, será el vencedor del Anticristo y el Ángel del Juicio General.
Los ángeles de su orden están equipados como él, con una coraza y una espada. Estos últimos asisten a los mártires y a los que tienen que sufrir persecución por Dios. San Miguel los envía en estas circunstancias, para ayudar al ángel de la guarda de aquellos que son perseguidos: "Porque Yo mismo les daré palabras tan sabias que ninguno de sus opositores las podrá resistir o contradecir. ustedes serán denunciados por sus padres, hermanos, parientes y amigos y algunos de ustedes serán ajusticiados a causa de mi nombre. Sin embargo, no se perderá ni uno solo de sus cabellos. Manténganse firmes y se salvarán" (Lc. 21, 15-19)
San Gabriel ("Fuerza de Dios")
Es el mensajero del Espíritu Santo. El fue quien instruyó al profeta Daniel sobre la venida del mesías (Dn. 9, 21-27); a Zacarías sobre la del precursor (Lc. 1, 19-20), y fue él quien anunció a María que debía ser Madre de Jesús (Lc. 1, 26-37).
Se lo representa con un lirio, símbolo de la pureza, en su mano derecha, porque también es el ángel de la guarda de la Santísima Virgen.
San Gabriel ("Fuerza de Dios")
Es el mensajero del Espíritu Santo. El fue quien instruyó al profeta Daniel sobre la venida del mesías (Dn. 9, 21-27); a Zacarías sobre la del precursor (Lc. 1, 19-20), y fue él quien anunció a María que debía ser Madre de Jesús (Lc. 1, 26-37).
Se lo representa con un lirio, símbolo de la pureza, en su mano derecha, porque también es el ángel de la guarda de la Santísima Virgen.
Sus privilegios lo colocan en el mismo rango que San Miguel. Es también el patrono de la oración ferviente. Aquellos que son presa de grandes sufrimientos físicos y morales, deben invocarlo muy particularmente. El nos obtiene un gran amor por la Madre de Dios, y conducirá a su Reina a aquellos que lo hayan saludado a menudo.
Todos aquellos que se hayan consagrado a Jesús, a la Sabiduría Encarnada, reciben por las manos de María, como refuerzo de su ángel de la guarda, un ángel del coro de San Gabriel para su perfección y su avance espiritual. Cada día, él presenta a su Soberana el ramillete de "si" de éstos privilegiados, que aceptan, actúan y ofrecen, por amor, todas sus miserias, para la gloria de Dios y por la salvación de las almas.
San Rafael ("Dios sana")
San Rafael, tiene el vestido dispuesto y ceñido con un cinturón, y en la mano derecha tiene un bastón con la forma de cetro.
El vestido dispuesto nos recuerda que siempre está listo para viajar, y está ceñido de verdad y de castidad. El bastón como cetro simboliza el poder, el apoyo, el sostén y la seguridad que el arcángel aporta a todos aquellos que le piden ayuda y asistencia en sus necesidades.
Tenemos un ejemplo notable de esto en los buenos oficios que el Arcángel rindió al joven Tobías. La Biblia nos entrega el relato en el libro de Tobías (Cap. 6). El Arcángel Rafael libera al joven Tobías de un pez que quiere devorarlo, y lo anima a tomarlo; su carne le servirá de alimento durante el viaje; el corazón puesto sobre las brasas echa al demonio que pretende ahogar al joven; la hiel aplicada sobre los ojos del padre ciego, le devuelve la vista; él procura a su protegido una alianza honorable, le da sabios consejos, antes y después del matrimonio; en fin, lo deja rico, contento y feliz en la casa de su padre.
Lo que este ángel realizó de manera visible, lo hacen cada uno de los ángeles de la guarda, de manera invisible, en favor de quienes les son confiados. Por esto, el Arcángel Rafael debe ser invocado contra las enfermedades y poderes del mal, en los desplazamientos y los viajes; es también el patrono de los confesores y penitentes; aquellos que recurran a él tendrán siempre buenos directores de conciencia.
Es el consolador de las dificultades presentes y nuestro socorro en las aflicciones. Allí donde Dios lo envía, penetran la resignación y la paciencia; aquellas personas, cerca de las cuales permanece, soportan todo, incluso situaciones insoportables; por todas partes donde mira hay una cruz. Ustedes que sufren, recurran al Arcángel Rafael, ya que él cuidará de todos sus males del alma y del cuerpo y los sacará de todos los apuros.
Todos aquellos que se hayan consagrado a Jesús, a la Sabiduría Encarnada, reciben por las manos de María, como refuerzo de su ángel de la guarda, un ángel del coro de San Gabriel para su perfección y su avance espiritual. Cada día, él presenta a su Soberana el ramillete de "si" de éstos privilegiados, que aceptan, actúan y ofrecen, por amor, todas sus miserias, para la gloria de Dios y por la salvación de las almas.
San Rafael ("Dios sana")
San Rafael, tiene el vestido dispuesto y ceñido con un cinturón, y en la mano derecha tiene un bastón con la forma de cetro.
El vestido dispuesto nos recuerda que siempre está listo para viajar, y está ceñido de verdad y de castidad. El bastón como cetro simboliza el poder, el apoyo, el sostén y la seguridad que el arcángel aporta a todos aquellos que le piden ayuda y asistencia en sus necesidades.
Tenemos un ejemplo notable de esto en los buenos oficios que el Arcángel rindió al joven Tobías. La Biblia nos entrega el relato en el libro de Tobías (Cap. 6). El Arcángel Rafael libera al joven Tobías de un pez que quiere devorarlo, y lo anima a tomarlo; su carne le servirá de alimento durante el viaje; el corazón puesto sobre las brasas echa al demonio que pretende ahogar al joven; la hiel aplicada sobre los ojos del padre ciego, le devuelve la vista; él procura a su protegido una alianza honorable, le da sabios consejos, antes y después del matrimonio; en fin, lo deja rico, contento y feliz en la casa de su padre.
Lo que este ángel realizó de manera visible, lo hacen cada uno de los ángeles de la guarda, de manera invisible, en favor de quienes les son confiados. Por esto, el Arcángel Rafael debe ser invocado contra las enfermedades y poderes del mal, en los desplazamientos y los viajes; es también el patrono de los confesores y penitentes; aquellos que recurran a él tendrán siempre buenos directores de conciencia.
Es el consolador de las dificultades presentes y nuestro socorro en las aflicciones. Allí donde Dios lo envía, penetran la resignación y la paciencia; aquellas personas, cerca de las cuales permanece, soportan todo, incluso situaciones insoportables; por todas partes donde mira hay una cruz. Ustedes que sufren, recurran al Arcángel Rafael, ya que él cuidará de todos sus males del alma y del cuerpo y los sacará de todos los apuros.
Los Ángeles de la Guarda (Noveno Coro)
Están por todas partes cerca de nosotros, más cerca que el pensamiento de aquellos que nos aman y nos quieren tiernamente. Desde el alba hasta el declinar de la vida, ellos son nuestros compañeros inseparables.
¡Después de Dios y de la Virgen, ellos son los que más nos cuidan! Inspiran nuestras oraciones, animan nuestro fervor, dirigen nuestros actos para hacerlos adquirir el mérito de la eternidad, son verdaderas palancas para elevarnos a la virtud.
Ellos pueden hacernos adquirir conocimientos referentes al espíritu, la Divinidad, el futuro o el secreto de las conciencias por locuciones auditivas, imaginativas o intelectuales; entonces, las almas son iluminadas aquí en la tierra, por la Sabiduría Divina que pasa de Dios a las más altas jerarquías, y de aquellas a las más bajas, y de estas a los hombres. Pero es necesario merecerlo.
Los ángeles son y siguen siendo los medios de comunicación más perfectos. Cuando se tiene necesidad de ellos, basta un sólo impulso de fe para que nos ayuden a franquear todas las distancias y las barreras espaciales. Nosotros debemos utilizarlos cuando todos los otros medios ordinarios y posibles nos son rehusados o suprimidos. Podemos estar seguros de que la misión será cumplida.
Ellos nos consuelan, allí donde estemos, como unión incesante entre el Cielo, la Tierra y el Purgatorio, de manera muy eficaz y muy afectuosa.
Son inseparables del alma, incluso después de habernos conducido al cielo; su alegría, su júbilo y alborozo llegan al colmo cuando nos ven compartir la suya, en el día sin fin de los santos reencuentros, porque entonces los últimos eslabones alcanzarán a los primeros, desde la primera generación hasta la última y todos juntos nos renovaremos en la hoguera ardiente de la Caridad de Dios.
Fuente: ¿Por qué los ángeles? de Foyer N.S. del carmen
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