La Virgen Inmaculada prometió a la santa Matilde, que quien rece diariamente las TRES AVEMARÍAS, tendrá su auxilio durante la vida y a la hora de la muerte.
Por eso san Alfonso de Ligorio recomendó con insistencia el rezo de las TRES AVEMARÍAS, y san Leonardo de Puerto Mauricio predicó con fervor esta devoción, diciendo: "¡Oh, qué santa práctica de piedad! Este es un medio muy eficaz de asegurar su salvación"
PRÁCTICA:
Todos los días, rezar así:
"María, Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal".
- Por el Poder que te concedió el Padre. Dios te salve María...
- Por la Sabiduría que te concedió el Hijo. Dios te salve María...
- Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo. Dios te salve María...
Amén
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