Esta oración puedes rezarla al acostarte en la noche:
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que ninguno de cuantos se han acogido bajo vuestro amparo, haya sido abandonado; animado yo con tal confianza corro y vengo a ti, oh madre de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me postro a tus pies. ¡Oh madre del Verbo, no desatiendas mis oraciones, antes bien, escúchalas favorablemente y dígnate acceder a ellas! Amén.
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