Ayer domingo participe de un encuentro de Adoradores en la
Catedral de San Bernardo. El Padre Mario Bernal hizo una charla basada en la
Exhortación del Papa Francisco, “Cristo Vive”.
Luego hablaron algunos adoradores y el tema recurrente fue
decir que muchas personas se acercan a ellos (familiares y amigos) para
pedirles que recen por ellos o por tal o cual cosa, ya que ellos como
adoradores están más cerca de Dios. Esas personas muchas dicen incluso no creer
en Dios, pero igual piden que recen por ellos.
Yo pienso y siento que todos los seres humanos necesitamos
creer en Dios, creemos en él, pero muchos lo niegan, así como Pedro, él amaba a
Jesús, pero por miedo lo negó, yo siento que ahora sucede lo mismo, muchos aman
a Dios, pero no lo dicen por el que dirán, por “cómo puedes seguir creyendo
después de todas las cosas que se han sabido”, pero ellos no saben que a pesar
de todo eso Dios sigue “siendo” “estando”, Dios siempre nos va a seguir amando.
Y bueno, si alguien se acerca a pedirnos que recemos por él
y nosotros sabemos que esa persona no va a misa, no va al Santísimo, o dice no
creer, nosotros no debemos ser arrogantes, no debemos retarlos, sólo debemos
asentir y decirles “claro que rezaré por ti”, con sólo esas palabras nosotros
estamos siendo apóstoles del Señor, y el Señor eso es lo que quiere, por eso
esa persona se ha acercado a nosotros, esa persona nos está pidiendo a gritos “ayúdame
a creer, a amar a Dios”, y ahí nosotros estaremos guiando de a poco a esa
persona hacia Dios.
Un ejemplo muy cercano es mi hijo, él dice que no cree, pero
cuando tiene una prueba difícil me llama como que no quiere la cosa y yo le
digo “te encomendaré a la Virgen María” y él me responde “Gracias mamita”, o
cuando una vez le llevé una virgen de metal de como 2 cm de altura y él me la
aceptó y puso en la repisa que está en la cabecera de su cama. Yo sé que él ama
a la Virgen y para él es más fácil aceptar a la Virgen que a Jesús, y eso está
bien, ya que nuestra Madre María siempre nos lleva a Jesús, ella es nuestra
buena Madre, ella siempre toma nuestra mano y nos guía a su hijo, nunca nos
abandona, incluso en momentos de dudar de nuestra fe, la hermosa Virgen María
está con nosotros, por eso siempre rézale a ella, que es la que nos mantiene
firmes, como dicen que una mujer en una familia es la que la mantiene unida,
pues es verdad en este plano espiritual o divino, también es nuestra Madre María
la que nos mantiene firmes al lado del Señor.
Así que nosotros como católicos y creyentes, debemos ser
menos arrogantes, más humildes y generosos y ser apóstoles como nuestro Señor
Jesucristo nos está pidiendo.
Vivan Jesús, María y José.